Washington, 26 oct (Prensa Latina) Armado y peligroso, así describen a Robert Card, de 40 años, buscado hoy por la Policía de Maine como sospechoso del tiroteo masivo que dejó al menos 16 muertos en la ciudad estadounidense de Lewiston.
Las escuelas públicas están cerradas y la orden a los residentes es que permanezcan en sus hogares mientras continúa la cacería de Card, un exinstructor capacitado en armas de fuego y miembro de la reserva del Ejército de Estados Unidos.
También las autoridades indicaron que Card «recientemente informó problemas de salud mental que incluyen escuchar voces y amenazas de disparar contra la base de la Guardia Nacional en Saco, Maine»; sin embargo, vuelve la pregunta recurrente de cómo es posible que tuviese acceso a un arma de fuego.
«Por favor, quédense dentro de su casa con las puertas cerradas», fueron los mensajes que circularon de inmediato en las redes sociales, tras la nueva masacre, que conmociona a este país.
El Departamento de Policía de Lewiston, ciudad ubicada a unos 58 kilómetros al norte de Portland y dentro del condado de Androscoggin, identificó a Schemengees Bar and Grille y Sparetime Recreation como los negocios donde ocurrieron los incidentes violentos anoche.
El alcalde Carl Sheline expresó en un comunicado que está «desconsolado por nuestra ciudad y nuestra gente. Lewiston es conocido por su fuerza y valor y necesitaremos ambos en los próximos días», expresó.
Las imágenes del atacante muestran a un hombre blanco con una chaqueta beige en posición de disparo con un rifle.
El senador Angus King dijo que está muy triste por la ciudad de Lewiston, entretanto la representante Chellie Pingree afirmó que la violencia que se está viviendo es impactante.
Con este tiroteo masivo -que inicialmente cifró en más de una veintena las víctimas fatales- suman 565 los reportados en Estados Unidos este año, según el rastreador Gun Violence Archive.
Masacrados en pueblos pequeños, en grandes ciudades, dentro de sus propias casas o en sitios públicos a cualquier hora, es la triste realidad del país.
Casi uno de cada cinco adultos estadounidenses ha tenido un miembro de su familia fallecido como consecuencia de un arma de fuego, incluidos homicidios y suicidios, de acuerdo con una encuesta de 2023 de KFF (Kaiser Family Foundation).
Alrededor de la misma proporción de adultos ha sido amenazado personalmente con un arma, y cerca de uno de cada seis fue testigo de una lesión por disparos, señaló el estudio.
Por su parte, un sondeo del diario The Washington Post e Ipsos reveló que uno de cada 20 adultos en Estados Unidos, cerca de 16 millones de personas a nivel nacional, tiene en su poder un rifle tipo AR-15.
La Fundación Nacional de Tiro Deportivo afirmó que solo en 2020 los fabricantes de esa industria produjeron alrededor de 2.5 millones de AR-15 o, comparativamente, una de cada cuatro armas.